
Es muy importante saber cómo y cuándo atender nuestra presbicia, cada persona es muy singular y las reglas no aplican para todos, y la vista cansada no es la excepción.

Una lamentable práctica muy común en ópticas de nuestro país, es casi por regla ofrecer bifocales o progresivos a cualquier paciente que supere los 40 años y esto es un rotundo error, la presbicia habitualmente comienza en promedio a los 44 años.
Debemos entender primero qué es la vista cansada, la presbicia es un proceso fisiológico natural relacionado con la edad y consiste en la perdida de la capacidad acomodativa, el cristalino comienza a perder su capacidad de enfoque, por tanto llegado el momento, los primeros síntomas son tener que alejar objetos, desde lecturas u objetos pequeños a definir y es justo aquí en dónde me quiero enfocar, ¿ya debo pensar en utilizar lentes de lectura, bifocales o progresivos? La respuesta es NO.

Las razones son muchas, estamos hablando de los primeros síntomas, la sugerencia es la siguiente, mientras el paciente pueda todavía enfocar mejorando condiciones de iluminación, ajustar la lectura para poder realizar sus actividades, puede permanecer así, habrá pacientes con miopía que podrán resolver esto retirando sus anteojos, cabe mencionar que una vez que el paciente comienza con el uso de sus anteojos para la corrección de vista cansada, a partir de allí serán imprescindibles para cualquier actividad cercana.
Lo anterior obedece a que una vez que le ayudamos al cristalino a no enfocar, este lente natural se irá relajando aún más, con los años y con el pasar del tiempo iremos necesitando más graduación en función a la pérdida de capacidad acomodativa, habitualmente la corrección comienza partiendo de +1.00 hasta un +3.00 en casos normales, hay graduaciones fuera de estos parámetros, relacionados a otras necesidades y padecimientos.